Tres esposas de rabinos tejen los destinos de todo el barrio de Once decidiendo quién se casa con quién. Se encuentran con la rebeldía de una joven que reclama el derecho a romper con el orden establecido. Cuando la chica intenta articular sus argumentos, un Dibuk se apodera de ella.
FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA
Dramaturgia: Tamara Tenenbaum.
Elenco: Analía Couceyro, Luciana Mastromauro, Florencia Piterman, Fiamma Carranza Macchi.
Diseño de escenografía: Matías Sendón, Ariel Vaccaro.
Realización de escenografía: Ariel Vaccaro.
Diseño de iluminación: Matías Sendón.
Diseño de vestuario: Cecilia Zuvialde.
Música original: Ian Shifres.
Coreografía y movimiento: Manuel Attwell.
Asistencia de dirección: Carla Grella.
Fotos: Sebastián Freire.
Prensa: Antonela Santecchia.
Producción ejecutiva: Gabo Baigorria y Carolina Castro.
Producción: Compañía Teatro Futuro.
Dirección: Mariana Chaud.
Redes sociales: @teatro.futuro
Esta obra se estrenó en el Galpón de Guevara en el 2023 y realizó funciones allí durante dos años. También realizó una temporada en la sala Caras y Caretas (2024) y en el ciclo de Verano en el Metropolitan City.
Dijo la crítica
La pieza se centra en tres judías ortodoxas del barrio del Once, esposas de rabinos, y se cruza con dos mitos: el del Dibuk, el espíritu errante de un muerto que no se desprende aún de la Tierra pudiendo poseer a algún vivo, y la leyenda griega de las moiras, las tres viejas del inframundo, hijas de Zeus, que hilan, sostienen y cortan el hilo de la vida, mezcla de lo sagrado y lo demoníaco. Couceyro es Zippe, la mayor del trío; Luciana Mastromauro da vida a Ruth y Flor Piterman es Tamar, la más joven del grupo que funciona mancomunado como una agencia matrimonial, decidiendo quién se casa con quién en la comunidad religiosa. Entre chismes a granel, té, leicaj (la típica torta de miel), tejidos y jugadas de Rummy, organizan las vidas de lxs solterxs del barrio, encerradas en un departamento. El dispositivo escenográfico es acotado y genera esa sensación de mundo reducido, limitado a esa mesa con sillas desde donde estudian las familias de los y las jóvenes, deciden sus destinos y cobran por la tarea.
El tono del espectáculo lo da el humor, el grotesco y también cierta parodia en relación a la forma en que hablan y pronuncian el castellano estas mujeres de camisa cerrada, falda larga, pelo cubierto o peluca, como indica la tradición. Sin llegar a la parodia extrema de Judith y Sandra, esas adolescentes judías que interpretaban Juana e Inés Molina en el ciclo "Juana y sus hermanas", las actrices tiñen de comicidad sus personajes. Hasta escupen cada vez que dicen "soltera" como si fuera una maldición. Couceyro lleva su personaje a zonas más extremas, casi expresionistas, lo que es un sello de sus trabajos y le da un tinte muy interesante, mientras que Mastromauro se mantiene más en un tono medio y Piterman divierte mucho con esa jovencita tan conservadora como sus compañeras. Es muy histriónica, mueve sus ojos y su rostro componiendo máscaras que colorean este personajito que, a pesar de su juventud, no se le ocurre cuestionar nada ni siente curiosidad por otra forma de vida, al punto de preguntarse: "¿Para qué queremos tiempo?". Como si el que dedica a arreglar casamientos cubriera todas sus necesidades vitales.
El orden se altera con la llegada de otra joven (Fiamma Carranza Macchi) que se acerca a las casamenteras, provista de su computadora. Siente que no encaja y les ofrece una novedad, un programa que trae nuevos aires: que el algoritmo seleccione candidatos estudiando las familias y que sugiera posibles uniones matrimoniales. Pero que el resultado no sea una imposición sino un camino posible, una sugerencia, tan sólo una indicación a explorar. Cuando explica el procedimiento y sus ventajas, al rechazo rotundo se suma un fenómeno que desconcierta a todas aún más: su cuerpo y su voz se transfiguran, toda ella se convulsiona como poseída por una fuerza maligna. Las luces tiñen de rojo la escena y la sentencia no tarda en llegar: "Tiene el Dibuk". Para exorcizarla recurren a un libro de conjuros y, sin dudas, ellas bien podrían ser unas moiras contemporáneas, brujas, mezcla de lo divino y lo demoníaco, en su afán por manejar los hilos de la colectividad sin otro objetivo que mantener la tradición a rajatabla, cueste lo que cueste. Y lo demoníaco, en todo caso, ya no aparece circunscripto a la "endemoniada" sino a ellas también, a pesar de que nunca lo vayan a sospechar.
Las Moiras es la primera parte de El Dibuk, dos covers, díptico que Tenenbaum creó a partir de El Dibuk o Entre dos mundos, una de las obras más conocidas del teatro judío escrita en ruso por Shlomoh Anski y traducida por él mismo al ídish. Para más adelante está previsto el estreno de la segunda pieza, El día más largo del mundo. Mientras tanto, la amplia sala del Galpón de Guevara viene llenándose desde el estreno de esta primera parte los lunes (día atípico para el teatro) y sábados, con un público variado que disfruta de una obra apta para todo público sin hermetismos. Por Carolina Prieto para Página 12.
Con tópicos bien reconocibles por el judaísmo y un glosario en idish que no anula la comprensión de quien no maneja el idioma, el material desanda un camino que toma como punto de partida El Dibuk o Entre dos mundos, de S. Ansky, la obra más famosa del teatro yiddish, y cruza la leyenda judía del Dibuk, un espíritu errante que no ha terminado su trabajo en la tierra, y el mito griego de las Moiras, en torno a la personificación de quienes tejen los hilos del destino. Con un planteo, por momentos muy divertido, Las Moiras permite reflexionar acerca de la permanencia de determinadas tradiciones y cómo dialogan en el hoy, afectando el libre albedrío de las generaciones jóvenes y de quienes no desean transitar la existencia encorsetados con algo que no consideran favorable para sus vidas, acaso, nada puede ser más libre que la elección del amor y la construcción del destino. Por Pablo Mascareño para La Nación.
Sobre Mariana Chaud
Es actriz, autora, directora teatral y artista de variedades. Escribió y dirigió espectáculos en el circuito off y en el Teatro Oficial. Actualmente se encuentra trabajando en ¡Chau Macoco! Un espectáculo por los cuarenta años del grupo Los Macocos para el CTBA. Marcela contra la máquina, escrito y dirigido por ella se presenta en NüN. También en Planeta en venta (un programa de humor) junto a Néstor Montalbano para el canal de streaming Picnic extraterrestre.
En 2024 estrenó El día más largo del mundo de Tamara Tenembaum y en 2023 Las moiras de la misma autora, también realizó la versión audiovisual de su obra Ubú Patagónico junto a Alejo Moguillansky para la Tv Pública. Durante 2022 estrenó Familia Tipo y la nube maligna (espectáculo para toda la familia) en el Teatro Nacional Cervantes, luego en Tecnópolis y actualmente en el CCkonex y Pequeña Pamela en el Teatro Sarmiento como parte del ciclo artista en residencia creado por Vivi Tellas que incluyó también una retrospectiva de cuatro obras -Ubú patagónico, El hecho, Budín inglés y Sigo mintiendo- (2021). En 2019 escribió y dirigió La fiebre un unipersonal con Julieta Zylberberg. También versionó y dirigió el clásico Jettatore! que estrenó en Caminito (co-producción Proa y CTBA) y luego viajó por distintos puntos del país. En 2017 dirigió No me pienso morir, de su autoría con Graciela Dufau como protagonista para la sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes. Entre sus obras se destacan Ubú patagónico, En la huerta, Budín inglés, Sigo mintiendo, elhecho, Los sueños de Cohanaco, Isósceles, Tercera expedición y Cliché.
Escribió Todos los miedos (dirigida por Romina Paula) y dirigió tiempodeamartiempodemorir, de Fritz Kater y Cotidianidad y éxtasis de Rebekka Kricheldorf.
Como actriz trabajó en numerosas obras dirigidas por Javier Daulte, Lola Arias, Mariano Pensotti, Matías Feldman, Vivi Tellas, Luciano Suardi, Nora Moseinco, Santiago Gobernori, Romina Paula.
Sobre Tamara Tenenbaum
Nació en 1989 en Buenos Aires; se graduó como Licenciada en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires en el año 2016. Su formación literaria incluyó talleres con autores como Santiago Llach, Félix Bruzzone, Cecilia Pavón y Margarita García Robayo, entre otros.
Desde el 2013 escribe en diversos medios nacionales e internacionales, entre los que se encuentran La Nación, Revista Anfibia, El País, ElDiarioAr, Los Angeles Review of Books, Words Without Borders y otros. En el año 2017 publicó Reconocimiento de terreno, su primer libro de poemas, por la editorial Pánico el Pánico. Dos años después, en 2019, publicó el ensayo El fin del amor. Querer y coger por el sello Ariel del Grupo Planeta, que va por su edición número 11 en Argentina, la 4 en Uruguay y la número 3 en España. En 2020 publicó por el sello Emecé el libro de cuentos Nadie vive tan cerca de nadie, que había recibido en 2019 el premio Ficciones del Ministerio de Cultura de la Nación, otorgado por un jurado compuesto por Félix Bruzzone, Pedro Mairal, Selva Almada y Pola Oloixarac. En 2021, también por Emecé, publicó Todas nuestras maldiciones se cumplieron, su primera novela.
En septiembre de 2021 se estrena su primera obra de teatro, Una casa llena de agua, con dirección de Andrea Garrote, producción de la Compañía Futuro y protagónico de Violeta Urtizberea. Actualmente se encuentra en preproducción el guion de El fin del amor, que Tenenbaum coescribió junto a la guionista Erika Halvorsen, showrunner del proyecto; Tenenbaum y Halvorsen se encuentran desarrollando otra serie para el estudio MGM.
Además de dar talleres periódicos en universidades y centros culturales de Argentina, México y España, Tenenbaum trabaja como docente en la materia Crónica de la carrera de Artes de la Escritura de la Universidad Nacional de las Artes; también escribe, en ElDiarioAr, una columna dominical.