Letra

Era solo la pampa salvaje
con anhelo de paz y de hogar,
los pioneros echaron la estrofa
para el alba de un nuevo cantar.

El augurio corrió por los aires
y la tierra y el hombre y su afán
se lanzaron sin más al futuro
en el nombre del hijo y del pan.

Y aquí estás, aquí estás, Rafaela,
ciudad nuestra, feliz, fraternal;
llama eterna que nos ilumina
con el fulgor de supremo ideal.

Que por siempre embanderen tu nombre
el trabajo, la fe y el amor.
Que por siempre tu pueblo sea digno
del ayer y tu gran fundador.

Que jamás, que jamás se detenga
tu latido armonioso y cordial,
y la sombra viril de tus gringos
te acompañe en tu ruta triunfal